Que ven tus ojos cuando subes a un avión o vas por el aeropuerto?



Respuesta de un mando de una línea aérea en la página de Clifford Carnicom
http://www.carnicom.com

22 de mayo de 2000 “Sr. Carnicom: Cuando he leído la carta que ha recibido del mecánico anónimo, me he sentido obligado a responderle. Yo también trabajo para una línea aérea, aunque mi puesto está en un nivel superior de gestión. No daré el nombre de la compañía ni de la ciudad en la que estoy ni el puesto que ocupo por razones de seguridad. Querría poder documentar todo lo que voy a desvelar, pero es prácticamente imposible porque podría tener consecuencias nefastas para mí. Los elementos contenidos en la carta del mecánico anónimo me parecen auténticos. Compañías aéreas americanas participan en un proyecto llamado Project Cloverleaf (Proyecto hoja de trébol) desde hace ya algunos años. Algunas personas recuerdan haber recibido consignas sobre la cuestión en 1998. A mí se me advirtió en 1999. Todos los empleados de líneas aéreas que han recibido instrucciones relativas al proyecto Cloverleaf han pasado estrictos controles de seguridad sobre sus antecedentes personales y antes incluso de recibir las instrucciones nos empujaron a firmar un acuerdo de no divulgación que dice fundamentalmente que si hablamos de lo que sabemos corremos el riesgo de ir a la cárcel. En nuestra oficina, alrededor de veinte empleados y yo mismo recibimos instrucciones de dos funcionarios oficiales de un organismo gubernamental. No dijeron cuál. Dijeron que el gobierno iba a remunerar a nuestra línea aérea, y a otras, por soltar ciertos productos químicos especiales desde los aviones comerciales. Cuando les preguntamos qué productos químicos eran, dónde y porqué los íbamos a pulverizar, nos respondieron que se nos proporcionaría la información si era necesario… Añadieron que no necesitábamos saber más. Afirmaron que los productos químicos eran inofensivos. Finalmente concluyeron que el programa era de tal importancia que tenía que llevarse a cabo a cualquier precio.
Por este motivo se lanzó el proyecto Cloverleaf para permitir que las líneas aéreas comerciales ayudaran a soltar esos productos químicos en la atmósfera. Después alguien preguntó por qué todo ese secreto… Los representantes del gobierno afirmaron que si el gran público sabía que los aviones que vuelan sobre sus cabezas descargan productos químicos en el aire, los grupos de ecologistas exigirían que se parara la pulverización. Alguien hizo a uno de los hombres del gobierno la siguiente pregunta: ¿Si los productos químicos son inofensivos por qué no hacer pública la naturaleza de esos productos y la razón por la cual los pulverizamos? Parecia desestabilizado por la cuestión. Respondió con un tono autoritario que el público no tiene necesidad de saber lo que ocurre y que ese programa había sido concebido por su mayor interés. También afirmó que debíamos callar y no hacer más preguntas sobre el tema. Con eso, se levantó la sesión de información. En nuestra oficina, todos los documentos relativos al proyecto Cloverleaf se conservan en cajas fuertes. Nadie tiene autorización para sacarlos. Muy pocos empleados tienen acceso a ellos y nunca hablan de su contenido. Sr. Carnicom, no soy en absoluto idiota. Sé que ocurre algo y estoy francamente asustado. Me siento culpable de estar al corriente de la existencia de esta operación, pero he guardado silencio. Me altera saber que la compañía para la que trabajo podría estar envenenando a los americanos. Espero que esta carta abra los ojos de ciertas personas sobre lo que ocurre en este momento en nuestros cielos. Insisto en que me gustaría poder dar una información documentada, pero comprende por qué tengo que guardar el anonimato absoluto.

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